Quizá durante un tiempo mi aportación a este pequeño espacio personal se vea reducida un poco más, así como mi contacto con las redes sociales, pero seguiré buscando, en la medida de lo posible, no dejarlo completamente de lado. Espero que las personas que estais al otro lado no desaparezcáis!.
Tetaupa
Tengo dos hijos que se alimentan de esta unión de palabras; TETA Y AUPA. Teta desde que nacieron y hasta que ellos quieran. Y aupa (contacto, porteo, aupi...) como alimento emocional esencial para los niños. Mis vivencias, opiniones e ideas para afrontar algo tan importante como la maternidad.
martes, 23 de septiembre de 2014
PRÓXIMA AVENTURA
Quizá durante un tiempo mi aportación a este pequeño espacio personal se vea reducida un poco más, así como mi contacto con las redes sociales, pero seguiré buscando, en la medida de lo posible, no dejarlo completamente de lado. Espero que las personas que estais al otro lado no desaparezcáis!.
sábado, 30 de agosto de 2014
50 COSAS SOBRE MI
Hasta ahora no tenía claro si participar o no, pero finalmente he decidido hacerlo, así que allá voy.
2. Me encanta leer, cosa que ahora casi no puedo hacer.
3. Nunca he tenido grupo favorito de música.
4. No me gusta la moda, ni ir a la moda.
5. Soy tímida, aunque no lo parezca.
6. Soy yo bailando.
7. Amo ser madre.
8. Tenía instinto maternal desde muy joven.
9. Tengo pánico a los sitios pequeños y cerrados.
10. No pierdo tiempo preparándome.
11. No soy nada coqueta.
12. Encontré mi vocación de repente.
13. Soy muy casera.
14. Mi familia es lo primero.
15. He sido, soy y seré voluntaria.
16. Me gusta estar con gente.
17. Me encanta dibujar.
18. Me encanta jugar con mis hijos.
19. En cuanto hay ocasión me siento o me tiro al suelo.
20. Soy muy madrera.
21. Tengo amigas desde el instituto.
22. Me encanta dar abrazos.
23. Se me da bien dar masajes.
24. De pequeña quería leer y mi hermana no me dejaba.
25. Tengo muchos recuerdos de mi infancia.
26. El gris es mi color. Desde que soy madre también el naranja.
27. Soy sensible.
28. Soy perfeccionista.
29. Y algo testaruda.
30. Siempre estoy si me necesitan.
31. Me cuesta relajarme.
32. Soy culo inquieto.
33. Me encantaría ser matrona.
34. Siempre estoy con nuevas ideas en mente.
35. No me gusta la gente agresiva.
36. Me dan muchos prontos con mi pelo; tan pronto me lo corto como lo dejo crecer.
37. Ha veces hablo mucho.
38. Mi cara lo dice todo.
39. Mi próximo tatuaje lo he diseñado yo.
40. Soy un tanto rara.
41. Mi madre me compra la ropa.
42. No me gusta ir de tiendas.
43. Me gusta la repostería.
44. A veces usaba ropa de niña (desde que parí ya no me entra!)
45. No suelo maquillarme.
46. Me encanta tomar café leyendo.
47. Si estoy muy agobiada lloro.
48. No como comida con forma de animal.
49. Siempre he hecho danza o deporte.
50. Esto se me ha hecho largo!
¿Os animáis a compartir algo vuestro?
domingo, 17 de agosto de 2014
LLEGANDO AL FINAL
Me encuentro en un momento de duelo, duelo por mi reincorporación el próximo 8 de septiembre al trabajo, después de 21 meses de maternidad en exclusiva.
En mi segundo embarazo me dieron la baja a los 4 meses por riesgo en el puesto de trabajo. Esto me permitió descansar y disfrutar de mi embarazo, pero también acompañar a hijo en su proceso de adaptación al cole.
Pudimos dejar el comedor y que fuese yo quien le llevaba y recogía del cole. Disfrutar de las tardes libres, ya que en primero de infantil no le apetecía ir por la tarde.
Trabajar la llegada de su hermana pequeña, hablando, escuchando, buscando material y cuentos que le ayudasen a comprender, e incluso hacerle su propio cuento.
Disfrute de mi segundo embarazo con calma y bailando, preparándonos para su llegada especial ya que decidió nacer de nalgas.
Me permitió acompañar a otras madres en sus lactancias.
Disfrutamos de dos veranos completos y en exclusiva. De vacaciones, parque, ir a nuestro ritmo,... Y un segundo curso lleno de novedades y compañía completa en cada nuevo paso.
21 meses dedicada a mis hijos, disfrutando con ellos y buscando mi espacio, actividades que me han llenado y me han dado una tribu.
21 meses de ama de casa y madre, de bizcochos, magdalenas, punto y manualidades. Cosas que me relajan y hacen que me sienta bien.
21meses de acompañarlos en su crecimiento, en cada una de sus fases y en sus logros.
21 meses de felicidad.
Y ahora volvemos al trabajo. Un trabajo "de lo mío" con un horario adaptado a nuestras necesidades familiares y con u sueldo decente.
Pero un trabajo que hace que mi instinto se remueva, luchando entre lo que mi corazón quiere y mi cabeza considera que es necesario.
Hemos estado un año de excedencia, un año viviendo con un sueldo, ajustados pero bien. Pero que necesitamos cambiar para poder tener un poquito más de seguridad y tranquilidad económica.
Vuelvo a trabajar sabiendo que mi niña se queda en las mejores manos, sus abuelos, que están deseando cuidarla, como hicieron con su hermano.
Pero al fin y al cabo, y pese a todo, me separo de ellos, para ir a un trabajo con bastante carga emocional y un ritmo frenético. En un ambiente algo movido.
Y no puedo evitar sentirme triste, triste de no poder seguir disfrutando como hasta ahora y estar en cada momento que mis hijos lo necesiten.
Y se que tengo suerte, se que hay muchas madres que escasamente pueden permitirse cuatro meses en exclusiva, o que a pesar de necesitarlo no tienen trabajo al que volver, o que incluso desean fervientemente retomar su vida laboral.
Sé que soy y hemos sido afortunados.
Sé que seguiré disfrutando con y de ellos.
Sé que nos adaptaremos a los cambios.
Pero a pesar de saberlo, se que mi corazón me pide otra cosa, y eso hace que sienta desasosiego.
Y se que aun queda algo de tiempo, pero no puedo evitar que el pensamiento de la vuelta este presente.
Un buen motivo para disfrutar del verano al 150%, sabiendo que aun hay tiempo y que cada momento es único.
Y tú, ¿has vuelto a trabajar después de ser madre? ¿Cómo te has sentido?
viernes, 1 de agosto de 2014
LACTANCIA MATERNA, NUESTRA HISTORIA
Este año desde Maternidad Continuum ha decido organizar un carnaval de blogs, y aquí aportamos nuestro granito de arena.
No había visto mucha lactancia en mi familia, yo misma fui destetada debido a un periodo largo de ingreso hospitalario que no se lo puso fácil a mi madre, a los tres meses.
Para mi los bebes comían y dormían, esto último ellos solos en sus cunas con sus musiquitas y lucecitas, y en sus propios cuartos.
Los bebes tomaban teta un tiempo y luego empezaban con la comida.
También descubrí la naturaleza e instintos de los bebes, la importancia de piel con piel, el porteo, etc. Pero esto da para otro post.
Nada más nacer me lo colocaron encima unos segundos, suficientes para quedar enamorada de él, y se lo llevaron.
Fue duro para mi y para él. Ni el hospital donde estábamos ni el protocolo de neonatología contemplaban la lactancia a demanda ni el método canguro.
Por suerte a los cuatro día estábamos en casa.
En mi lactancia fueron y han sido fundamentales Amagintza y La Liga de la Leche . Ambas con diferente metodología y forma de funcionamiento son muy importantes a la hora del apoyo a las madres lactantes, tanto para buscar información, aclarar dudas o resolver problemas.
Sin duda mi primera lactancia fue dura pero placentera; mi bebe mamaba cada hora o dos horas de día y de noche, necesitaba la teta para dormirse y mantenerse dormido, mi reflejo de eyección era impresionante hasta más allá del año, fue su alimento principal hasta el año y medio...
Al cumplir el año la pediatra vio un posible frenillo (lo que me ayudo a entender muchas cosas) que no le había afectado en la lactancia.
Sufrí agitación del amamantamiento más o menos fuerte a temporadas durante todo el embarazo, incluso planteándome el destete por la angustia que me suponía, pero logramos superarlo con ejercicios de calma y negociación.
Cuando volvió a subir la leche había perdido el reflejo de succión y olvidó la mecánica de mamar, a pesar de ello siguió pidiendo teta en momentos concretos.
Aun y todo mi peque también es una gran mamadora, también tiene frenillo, aunque como a su hermano, no le ha dificultado la alimentación.
Todas madres, amantes de sus hijos y buenas madres.
lunes, 21 de julio de 2014
ME GUSTARÍA...
Estos días me estoy encontrado en las redes e internet noticias sobre secuestro de niñas en África, matrimonios de menores en campos de refugiados, avisos sobre como evitar violaciones, violencia de género.. que además de darme un coraje y rabia impresionantes me hacen, junto con otros temas menos violentos; la visión de la mujer en la publicidad, los cánones de belleza... plantearme muchas cosas en relación a mis hijos.
Tengo una niña y un niño. Al oír noticias de este estilo principalmente pienso en mi niña, como principal afectada (la palabra víctima no me gusta) pero al pararme a pensar un poco más veo la importancia que tendrá también mi hijo.
Estos días pensando en todo esto he analizado lo que me gustaría inculcarles a mis hijos, a los dos, para que cada uno pueda enfrentarse y vivir la vida de la forma más positiva.
- Me gustaría que amases sus cuerpos, con lo que tienen y son. Que viesen la belleza de sus formas, sean las que sean. Que se sientan poderosos con ellos, independientemente de que intenten venderles los cánones de delgadez o gordura, fuerza o ligereza.
- Me gustaría que sintiesen sus cuerpos como algo perfecto; entendiendo que es la menstruación, con sus ciclos y cambios, como dar y sentir placer con ellos, sus limitaciones y potencias. Ver positivamente todo lo que nos venden como algo negativo y que no lo es realmente .
- Me gustaría que fuesen fuertes para luchar contra las injusticias, tanto hacia ellos como hacia los demás. Que no acepten como algo normal las agresiones, vejaciones o insultos, aunque pretendan normalizarlos en algunos medios, ni hacia ellos ni a los demás. Pero que sepan defenderse frente a ellas en caso necesario.
- Me gustaría que luchasen por lo que consideran justo y creen que deben defender. Que peleen por aquello que quieren hasta lograrlo.
- Me gustaría que se aceptasen tal y como son. Conociendo sus límites y puntos fuertes. Y así poder potenciar todo lo que son.
- Me gustaría que fuesen felices con su vida. Habiendo elegido como vivirla, sabiendo lo que quieren y sintiéndose a gusto con ello.
- Me gustaría que se respetasen a ellos y respetasen a los demás.
Hoy día estamos condicionados por lo que nos venden en la publicidad, televisón,... Personas físicamente perfectas (altas, delgadas, sin imperfecciones...), con éxito laboral, familiar y social, con todos los medios materiales y que son felices por ello. Pero esto ¿es real? ¿Es posible?
Yo creo que no.
Creo que nos hemos desconectado de nosotros mismos, no nos escuchamos, no escuchamos lo que dice nuestro cuerpo, ni nuestra mente, solo perseguimos el ideal impuesto; perfección, canon de belleza, estereotipos, ...
La regla no se tiene que sentir ni notar, tenemos que comprarnos cientos de cremas para arrugas, celulitis, vientre plano, manos, uñas, pelo... Nuestra ropa y calzado tiene que quedarnos a la perfección, perfectamente limpio y planchado,... Casas impecables,grandes, conjuntadas, limpias, como catálogos... Niños perfectos que no manchan, chillan ni lloran... Con trabajos de éxito y bien pagados...
¿De verdad? Alguien es así.
Hemos llegado a un punto en que nosotros no somos importantes y sí lo que tenemos o hacemos.
Donde no nos conocemos por que nos hemos desconectado, hasta tal punto, que no sabemos quienes somos.
Donde salirnos de esos valores que nos venden hace que nos sintamos mal.
Donde vemos lo que no tenemos, pero somos ciegos a los que los demás no tienen o han perdido. No vemos ni aquello que tenemos.
Donde estamos más preocupados de conseguir ese conjunto o móvil de última generación que ver como esta nuestro vecino o no digo ya ir más lejos (vivimos en un mundo lleno de conflictos de todo tipo)
Vivimos en un mundo donde en muchos espacios la mujer esta vista como objeto o mercancía, de compra- venta, de intercambio, como ser inferior al hombre.
Y aquí y más lejos esto es visible; niñas casadas a la fuerza, secuestros, violaciones, mutilación, ataques, violación de derechos,... violencia de género, acoso y desigualdad laboral, violencia obstétrica,...
Y yo no quiero eso para mis hijos. Así que intentare y luchare por lograr cada uno de los "Me gustaría..." por que se respeten y respeten, por que conozcan sus derechos y los defiendan, por que sean fuertes y no piensen que no hay nada que hacer y por aquellos que se marquen mis hijos.
Y a vosotras, ¿qué os gustaría?
sábado, 12 de julio de 2014
LO QUE LA MATERNIDAD ME HA DADO
Normalmente cuando se habla de maternidad se cuenta lo que ha cambiado en la vida de los nuevos padres, las cosas que se han dejado de hacer o incluso lo que se ha perdido.
Efectivamente, la maternidad cambia la vida, mucho. Pero parece que siempre es a algo peor.
No se tiene tiempo, ni la libertad de antes, hay muchas cosas que no se pueden hacer....
Yo me canso de leer y oír siempre comentarios negativos, así que aquí voy a recoger algunas de las cosas que me ha dado la maternidad;
- Me ha dado calma; me ha enseñado la capacidad que tengo para mantener la calma y paciencia, aunque a veces la pierda, y esa capacidad para recargárla con un suspiro.
Calma al oír sus espiraciones pausadas por la noche y a acompañárlas con la mía.
Calma para seguir su ritmo y su paso.
- A estar más centrada, sabiendo lo que quiero y como hacerlo.
Centrada sabiendo lo que es mejora para ellos y para nuestra familia.
Y centrada sabiendo lo que quiero para nuestra vida en común.
- Diversión. Kilos y kilos de diversión. Jugar, saltar, correr, ... Recuperar las guerras de cosquillas, los ataques de besos y los juegos en el parque.
Volver a escalar, meternos en la piscina de bolas y dar giros hasta caer mareados.
Jugar con ellos. Dejar a mi niña interior libre y disfrutar como ella lo hacía.
- Ilusión, ilusión por descubrir cosas nuevas, inventar tesoros y descubrir nuevos juegos.
Ilusión por ir descubriendo sus personalidades y formas de ser, cómo son.
- A ser mejor persona y comenzar a cambiar lo que no me gusta de mi. Ellos son nuestro reflejo, si algo de ellos no nos gusta o molesta, mirémonos a nosotros mismos.
- A "no hacer nada”, dejar las tareas de casa para después y sentarnos juntos a ver una peli, a jugar o a disfrutar de como ellos juegan.
Las cosas importantes pasan con ellos, no mientras limpiamos o ordenamos.
- Saber que es lo importante. Ellos. Nosotros y nuestra vida. Cada uno valora sus prioridades, mis hijos me han enseñado cuales son las nuestras, frente a dinero, viajes, coches, trabajo...
Por eso creo que la maternidad me esta ayudando a ser mejor, mejor madre, mejor persona. Y mucho a cambiado nuestra vida, cosas han quedado atrás y otras han dado un giro importantísimo, pero, para nosotros, merece la pena.
Y la maternidad, ¿qué te a dado de bueno?
domingo, 29 de junio de 2014
SUEÑO FELIZ- DUÉRMETE CONMIGO
Hoy es el Día Mundial del Sueño Feliz, creado hace dos años y como defensa del sueño infantil y su ritmo, en contra de los métodos conductistas de adiestramiento en el sueño.
Y tras nuestra trayectoria no podía dejar de participar en esta iniciativa.
Nuestro mayor siempre, siempre, siempre ha necesitado mucho apoyo para dormir y mantenerse dormido.
Siempre con su teta han sido cientos de despertares los que han llenado nuestras noches. Despertares con paseo, despertares con teta, desvelos...
Despertares que aumentaban o se mantenía según lo que hubiese pasado ese día, dientes, malestar, sueños...
Además de los despertares necesitaba contacto suficiente para poder permanecer dormido. Si yo me levantaba, él se despertaba, fuese recién dormido o por la mañana.
Mi hijo, un bebe que estaba madurando su sueño, con sus propias vivencias que ya le marcaban.
¿Y qué hice? Adaptarme a la situación y buscar la forma de descansar lo máximo posible; colechábamos, cuando él dormía yo me quedaba con él, descansaba, leía... Pero mi día acababa con el suyo. Y estar en contacto fue la clave, no iba a pasar la noche de habitación en habitación, yo necesitaba descansar, y él estaba mejor así.
Embarazada preparamos su habitación. En la nuestra no íbamos a caber los cuatro. Y antes de que naciese su hermana llevábamos tiempo durmiendo en la suya. Sí, los dos. El padre sabe dormir solo.
Y ahora con la peque, somos tres. Duermen pegados a mi. Y mi mayor rara es la noche que a día de hoy (desde los tres años más o menos) con cuatro, se despierta. Y la peque duerme más tranquila que su hermano, pero necesita el contacto.
Los humanos somos seres que nacemos antes de tiempo, somos inmaduros y no somos capaces de defendernos solos, por eso un bebe busca la protección de sus padres. Por que al nacer no sabe donde está, solo conoce el cuerpo de su madre, y es lo que buscará.
Y cada bebe es diferente, unos necesitan contacto constante y otros están más tranquilos a su aire. Lo importante es aceptar como son nuestros hijos y adaptarnos a ellos.
En nuestra casa "Dormimos acompañados" porque es la forma más sencilla de descansar todos y porque los adultos nos adaptamos a los ritmos y necesidades de los niños y no al revés. Porque por algo somo adultos.
Y ¿hasta cuándo? Hasta que ellos quieran, hasta que esten preparados. Mientras, disfrutaremos del sueño compartido.
Y por ello apoyamos campañas como esta, solo con nuestra experiencia, que quizá ayude a alguien, o no.
Y participamos en el carnaval blogero deMadres Cabreadas.
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miércoles, 25 de junio de 2014
MI MATERNIDAD, EL CAMBIO
Todo comenzó con mi primera maternidad. Un parto e inicio de maternidad complicado por la brutal vivencia en la separación con mi hijo. Siguió con un bebe que me necesitaba constantemente, día y noche, sin darme tregua y con momentos de crisis y saturación.
Comencé a ver cosas que no me gustaban, algo que ya había percibido antes pero ahora me reflejaban al verdadero monstruo que salía cuando estaba saturada, cansada, agotada...
Y no me gustaba.
No era lo que quería para mi bebe, ni para mi familia, ni para mí.
No cuadraba con lo que queríamos y hacíamos gran parte del tiempo.
Y a pesar de intentarlo, vi que yo sola no podía con él.
Así que acudí a un profesional, alguien que pudiese ayudarme. Yo siempre he considerado que deberíamos tener médico, fisioterapeuta... y psicólogo de cabecera, alguien que pueda ayudarnos a gestionar, conocer y manejarnos a nosotros mismos.
Después de un intento fallido, yo sabía que el cambio tenía que ser en mí, hacía adentro, y no en los demás. Busque otro profesional con el que estuve un tiempo largo, hasta mi segunda maternidad.
Con él encontré el motivo de mi monstruo, de donde venía, porque estaba, y me ayudo a contactar con mi niña interior. Encontré la base con la que poder empezar a cambiar eso que no me gustaba y que sabía que afectaba a las personas que más quería.
También me enseñó a aceptar mi cansancio, evitar el agotamiento extremo y a reconocer las señales que me mandaba mi mente para poder adelantarme a mi monstruo.
A aceptar que ser madre, trabajadora, ama de casa, amiga, compañera,... supone un esfuerzo impresionante que cuando no se duerme suficiente y hay un bebe muy demandante puede generar niveles de agotamiento extremo.
Sí, parece mentira, pero el sentimiento de supermama, el pretender poder con todo, añadido a temas que estaban escondidos desde mi infancia, hacía que todo esto, tan lógico, a veces se me escapase.
Comencé mi segunda maternidad fuerte, con energía renovada, perdonándome por sentirme así y con otra visión.
Y he seguido trabajando en mí, en conocerme y reconocerme.
En esta segunda maternidad he descubierto el poder del ciclo femenino, mujeres cíclicas con la luna y la menstruación, conectadas con la tierra y la feminidad, gracias a Casa de Luna y De mi maternidad y otros demonios he profundizado en el autoconocimiento, en mi niña interior, en afirmaciones que me ayudan a reconectar conmigo, seguir profundizando en mí y en mi esencia.
Gracias a talleres que he podido hacer con ella, a mi inquietud y necesidad de conocimiento, a no aceptar aquello que no me gusta de mi e intentar cambiarlo he vuelto a conectar con mi esencia. El monstruo ha desaparecido.
Sí que me enfado, sí que me agobio, me canso y agoto, me desespero a veces y aun me queda un largo camino por recorrer. Pero he cambiado. Siento que estoy, poco a poco más conectada con mi niña interior, con mi cuerpo y mi mente, con mi esencia.
Y ello me ayuda a estar más conectada con mis hijos, más centrada en la estabilidad emocional de todos, en poder acompañarles en su crecimiento como queremos hacerlo, desde el respeto, la comprensión, el amor, y el conocimiento de uno mismo.
Creo que es necesario que cada una de nosotras nos escuchemos y veamos si todo está como queremos que esté o si podemos cambiar, mejorar o hacer las cosas de otra forma. Si esto podemos hacerlo solas, en compañía, con un grupo de iguales o apoyo profesional. Y si no podemos, busquemos la ayuda necesaria para poder hacerlo.
La maternidad puede ser la labor más complicada, la tarea más difícil que hacer, en la que no sólo estamos nosotras. Y a veces, podemos necesitar ayuda.
¿Creéis que es importante buscar ayuda? ¿Lo habéis hecho?