Querído diario;
Desde que recuerdo siempre he estado haciendo cosas, días con más de una actividad y organizando los siguientes.
Pocas veces estaba sin nada que hacer.
Por ello inconscientemente vivía a un ritmo acelerado, organizandome para que me diese tiempo ha hacer todo lo que tenía planeado.
Y de repente fui madre.
Madre de un niño que demandaba teta cada hora, de día y de noche, que no dormía todo lo que me habían contado que los niños dormían, siempre activo y con su propio ritmo.
Y nos ajustamos a él, a dormir cuando dormía, a comer según sus sueño, a noches de paseos, desvelos y a un nivel de cansancio que yo no crei posible.
Y deje de lado mi ritmo para ajustarme al suyo.
Y deje mi ritmo para acompañarle en el suyo.
Y así seguimos a su ritmo, ahora al de los dos. Volviendo a ajustar el compás para que todos estemos cómodos.
Al ritmo de la maternidad.
Tengo dos hijos que se alimentan de esta unión de palabras; TETA Y AUPA. Teta desde que nacieron y hasta que ellos quieran. Y aupa (contacto, porteo, aupi...) como alimento emocional esencial para los niños. Mis vivencias, opiniones e ideas para afrontar algo tan importante como la maternidad.
Parece que nos hubieras descrito a Una familia muy feliz..Bonito Querido Diario...
ResponderEliminarBesossssssssss
Parece que la maternidad nos cambia el ritmo a todos, y que mejor?
EliminarAl final muchas cosas unen en esta aventura.
Gracias por pasarte, un abrazo enorme.
Uf, para serte sincera, creo que bajar el ritmo es lo que más complicado me ha resultado de la maternidad.
ResponderEliminarEs complicado, sí, pero yo creo que merece mucho la pena.
EliminarUn abrazo y gracias por pasarte.
Tenemos ritmos parecidos!!! Qué bebes tan demandantes jejeje un abrazooo
ResponderEliminarDemandantes demandantes, lo mejor adaptarse a su ritmo.
EliminarGracias por pasar por aquí, un abrazo