Llevo unos días con el reto del rinoceronte naranja, un reto que se ha difundido por la red y que siguen muchos padres y madres.
El reto de dejar de gritar a nuestros hijos esta suponiendo un importante cambio en mi y mi familia.
Mi objetivo es dejar de gritarle a mi hijo y pareja, pero también mi forma brusca de comunicarme con ellos.
A pesar de haber tenido que comenzar de cero varias veces ya estoy notando cambios tanto en mi como en mi hijo;
- Soy mucho más consciente de las necesidades de mi hijo y de los cambios o frustraciones que hacen que se altere.
- Estoy siendo capaz de racionalizar las situaciones estresantes.
- Voy consiguiendo frenar cuando empiezo a alterarme; aun no logro detectarlos a tiempo para que no se produzcan, pero sí para frenarlas antes de que vayan a más.
- Vamos cambiando la forma de comunicarnos mi hijo y yo. La comprensión y aceptación de los límites es mejor.
- Mi hijo esta mucho más receptivo y expresivo.
Estoy viendo que las cosas están cambiando a mejor y aun no he hecho más que comenzar.
Me queda mucho por delante para lograr mi reto, pero estos cambios me están ayudando a seguir muy motivada.
Mi hijo y mi pareja lo merecen.
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